PUERTO DE LIMÓN, EN EL ATLÁNTICO

Este puerto (long. 83° 0' 13" y lat. 9° 59" 54') forma casi un semicírculo de cerca de trescientas yardas de diámetro, abierto al Atlántico hacia el S. S. E. El extremo norte del semicírculo consiste de un promontorio alto y de roca, que se prolonga dentro del mar Atlántico, en una distancia de» cerca de cuatrocientas yardas, en dirección sudeste, en la forma de un arrecife de coral, de dos hasta veinte yardas de anchura, y a flor de agua, en pleamar. A cuatrocientas yardas al este del punto más oriental del promontorio se halla la isla de Uva, de unas cien yardas de latitud.

El-promontorio de-roca, el arrecife de coral y la isla, todos juntos, dan una protección perfecta al puerto contra los vientos reinantes, del norte y del noreste, y contra las olas y corrientes del Atlántico, que corren allí hacia el sudeste y luego al sur. El último examen topográfico del puerto, de 1865, hecho por el señor Kurtze, se practicó en el mes de octubre, durante el fuerte vendaval que destruyó la colonia inglesa de Bluefields, en la costa de Mosquitia; y aunque el viento echó abajo las ligeras casas de los naturales, en la ribera, el agua del puerto no se alteró suficientemente hasta el punto de que peligrara el más pequeño bote, de los que van a la mar. Mr. Alexander Strauss, quehacía las veces de Ayudante hidráulico, en el servicio de los Estados Unidos, referente a exámenes topográficos de las costas, y Ayudante principal hidráulico, en el examen topográfico de Nicaragua, dice sobre Limón: «No conozco ningún otro lugar, de las costas de la América Central, en el Atlántico, desde Puerto Caballos, en Honduras, hasta la laguna de Chiriquí, que ofrezca un puerto mejor, más seguro y según todas las apariencias más permanente, que éste".

En toda la extensión del semicírculo que forma el puerto, la ribera se inclina, de un modo regular, hacia el centro del semicírculo, donde hay una profundidad de treinta y cinco pies de agua. A una distancia de sólo sesenta pies, contados desde le línea de la costa, la profundidad es de catorce pies, siempre; a una distancia de cien a ciento veinte pies, no menos de veinte a veinticuatro pies; y a lo largo de la ribera del norte, la misma profundidad del agua (veinticuatro pies) se mantiene hasta cerca del borde del arrecife de coral.

Antes de que comenzara a tener importancia la exportación del café por la vía de Puntarenas, y cuando Moín era principal puerto de Costa Rica, las pequeñas embarcaciones que hacían el tráfico marítimo entre esta República y las islas de las Indias Occidentales, iban a Limón y fondeaban tan cerca de tierra, que las mulas, que eran un artículo de los más importantes de exportación, entraban -abordo, caminando sobre tablones; y los siete diferentes exámenes topográficos hechos y publicados, durante los últimos treinta años, por el cuerpo de los Estados Unidos, encargado del reconocimiento de costas, inclusive el de Mr. Mechan, enseñan que durante todo ese espacio los sondeos no han revelado diferencias perceptibles. El fondo arenoso, ofrece excelente anclaje; y las mareas nunca pasan de un pie.

Hay que tomar con mucho descuento la descripción anterior sobre la localización de la ruta del ferrocarril. Comparándola con el plan topo. gráfico del mismo Kurtze, adjunto, se advertirá que esa ruta y la carretera sólo coinciden desde Siquirres para allá y en dos cruces en Ochomogo. En toda la demás distancia, ambas líneas van bien separadas. Indudablemente la carretera dió a Kurtze puntos de partida para su línea férrea; pero entre ellas no hay identidad, ni aún semejanza. ¿Por qué Kurtze no ajustó su descripción verbal al trazo de su plano? Tal vez por hacer más atrayente el proyecto disimulando dificultades. Hizo lo que los promotores de empresas y compañías: iluminar las ventajas y poner sombra sobre las dificultades. (R. J.)

No se requieren trabajos o mejoras de ninguna clase que acondicionen a Limón para un tráfico grande, de importación y exportación, salvo la erección de muelles de madera de unos setenta a cien pies de largo, es decir, de una extensión que es apenas la mitad o la tercera parte de la de los muelles que se hallan al lado de la ciudad de Nueva York. Pero si sé llegaren a necesitar, o si se creyere en lo futuro que fueren deseables algunas otras diferentes, obras, para protección o conveniencia, maderas espléndidas, de toda clase, crecen cerca de la costa, y pueden conseguirse sin otro costo que el de cortarlas; y los cerros proporcionan, a una distancia de trescientos pies escasos, excelente cal, en abundancia, que es fácilmente laborable, duradera y propia para obras submarinas.

El río de Limón pone a la disposición de las embarcaciones, en todo tiempo, agua buena; y a unos pocos centenares de yardas al norte del anclaje hay un manantial perenne de espléndida agua. Además, es cosa bien sabida que las formaciones de coral abundan en esas costas, y a poco excavar en ellas se encuentra agua dulce que jamás falta.
Es difícil columbrar lo que pudiera impedir que Limón llegue a ser pronto uno de los más importantes puertos de la costa. (*) La población se asienta en contorno del puerto, sobre terreno que suavemente sube a una altura de cerca de cien pies, sobre el nivel del mar, a tina distancia de unas ochocientas yardas, desde la costa. Doscientos peones están ahora y han estado desde hace algún tiempo, trabajando, en las cercanías, a expensas del Gobierno de Costa Rica, ya en el descuaje del terreno, o siembra de maíz, caña de azúcar, frijoles y hortalizas, ya en la edificación de casas, con el propósito de facilitar, de todos modos, la empresa ferroviaria. Por manera, que la Compañía que se hiciera cargo de la construcción del ferrocarril, podría desde mañana desembarcar quinientos o mil trabajadores y comenzar en seguida las operaciones. A tres millas a lo largo de la costa noroeste de Limón se halla la aldehuela de Moin, de unos quinientos habitantes, y que tiene un activo tráfico en hule, conchas de tortuga, palos de tinte, drogas y cocos.

(*) Lo que las poblaciones vecinas, que tienen que ser buenos jueces, piensan acerca del porvenir, del puerto puede deducirse, mejor que de otra cosa, del hecho ale que, desde que se hizo pública la determinación del Gobierno de Costa Rica de reabrir el puerto al comercio extranjero, se han vendido más de doscientos lotes urbanos, a reserva de la aprobación de la Compañía del Ferrocarril. Han sido comprados por las más importantes firmas de San ?osé, Cartago y Panamá, que intentan establecer en seguida, casas de negocios allí. El precio a que se han tomado esos lotes, vendidos condicionalmente, ha sido el (le cincuenta dólares oro, por cada uno.
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