VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL PROYECTO


Parece suficiente lo dicho para que la generalidad de los lectores haya formado juicio acerca de la naturaleza de la empresa propuesta; y para que el capitalista se haya convencido de que las ventajas que esta ruta posee 'sobre cualquiera otra deben, al fin y al cabo, traspasar a la nueva ruta una gran porción del tráfico interoceánico. Las desventajas de la línea pueden resumirse en dos palabras: su largo y las alturas que hay que vencer. Fuera de éstas, es imposible encontrar una objeción de peso en contra de la ruta; e imposible evitar la convicción de que, por el contrario, es favorable. en extremo. Las posibles consecuencias de la extensión y de las alturas que hay que alcanzar y de las que hay, luego, que descender, son de tres clases.

La República de Costa Rica no tiene deuda pública alguna, exterior ni interior. Se distingue entre los Estados de la América Central por la pureza con que son administradas sus finanzas; y aunque gasta anualmente sumas liberales en fines educacionales y en la construcción de caminos, goza, hace años, de un superávit anual.

1°-Aumento en el costo de construcción.
2°-Mayor tiempo requerido para el tránsito.
3°-Mayor costo de los fletes y pasajes.

El costo de construcción será, en verdad, mayor que el del ferrocarril de Panamá, pero de ningún modo en proporción a su mayor extensión. El ferrocarril de Panamá costó ocho millones de dólares; el de Costa Rica, de ciento treinta y tres millas, ha sido estimado en doce millones de dólares, y la estimación ha sido sometida al examen de contratistas americanos e ingleses, del ramo de ferrocarriles, y ha merecido su aprobación. La gran diferencia en favor de Costa Rica, obedece a varias circunstancias. Los enormes gastos soportados en Panamá, a causa de la transportación de trabajadores, animales, alimentos para unos y para otros, y materiales de construcción de toda clase, se evitarán del todo en Costa Rica. No hay allí terribles pantanos que atravesar, una milla tras otra, sobre andamios asegurados en pilotes; tampoco malaria, que mate a la gente, por cientos; y no hay, de todos modos, sino una parte corta de línea que construir en clima tropical. Los trabajadores pueden saltar a tierra en un sitio de poblar despejado, con edificios listos para recibirlos y con abundantes provisiones de legumbres y alimentos frescos. Peonaje y materiales de construcción de todas clases; los hay de sobra y baratos; y su transporte, de uno a otro punto de la línea, será fácil y barato, porque se aprovechará el actual camino. De modo que, no obstante las diversas dificultades que indudablemente habrá que vencer en Costa Rica, no obstante los fuertes declives del camino, su construcción saldrá más barata, por cada milla, que en Panamá, aunque por razón de la mayor distancia se necesite en conjunto la inversión de un mayor capital. La dificultad de levantarlo se allanará en mucho en virtud de que el Gobierno de la República garantiza el siete por ciento de interés, y también, por razón del actual valor, en efectivo, que tienen las tierras traspasadas a la Compañía. A este respecto hay que advertir que a medida que pase el tiempo, esas tierras aumentarán considerablemente de valor. El valor substancial de ellasno puede ponerse en duda después de que se haya leído el verídico esbozo, hecho atrás, sobre el clima, suelo y condiciones de aquella pequeña y próspera República. Los costarricenses mismos tomarían sin duda, grandes cantidades de acciones en pago de las cosas que vendieran a la Compañía. Cinco millones de dólares, y no más, habría que conseguir, en dinero efectivo, en los Estados Unidos, para llevar a término la construcción total de la línea.

Eso del mayor tiempo requerido para hacer el tránsito, por esta ruta que es más larga, es en realidad cosa de apariencia; pero aunque hubiera de gastarse más tiempo del que en verdad se gaste, la diferencia estaría más que compensada con el gran ahorro de tiempo en los puertos. En ambas costas, los más grandes vapores harían el desembarque de pasajeros y carga, en los muelles propios de la Compañía, donde se tomarían los carros de la misma, sin trasbordo y sin que haya que esperar la llegada de la marea creciente. En realidad, a pesar del mayor número de millas por recorrer, la diferencia de tiempo estaría en favor de Costa Rica, por la razón antes dicha. Pero la ruta, en otro sentido, es positivamente más corta. Una simple mirada al mapa mostrará el ahorro considerable de tiempo en el caso de viaje a Nueva York, a California y otros puntos del Norte, sin una pérdida correspondiente si el viaje es a lugares que se hallen más hacia el Sur.

Las mismas advertencias se aplican con igual fuerza a la cuestión-del mayor costo de trasporte sobre una línea más larga, lo que, por supuesto, afecta el punto de provechos. Hay razón para afirmar. positivamente que la economía de gastos, por cuanto no existe trasbordo de pasajeros y carga, como es eso siempre necesario en Panamá, es próximamente igual al gasto adicional de la conducción de aquéllos y ésta, setenta y cinco millas más, por el mismo tren. El punto de provechos, en general, está por completo en favor de la ruta de Costa Rica. Está fuera de discusión que el nuevo camino, aún costando dos veces lo que el de Panamá y con la mitad del tráfico de aquél, todavía sería una empresa lucrativa. Pero no puede haber duda acerca de que el camino, a través de Costa Rica, absorberá una gran parte de los negocios que añora se reparten las rutas de Panamá y Nicaragua. Por razón de ser los puertos mejores y más seguros; el clima, sano; deliciosos, los paisajes, que darán alegría a los pasajeros; y por el hecho importante de que no hay trasbordo ni que esperar marea favorable, habrá de verse favorecida esta línea con una gran parte del tráfico de pasajeros; y, en términos iguales, no es dable que no logre, también; su buena porción del tráfico de carga. En estos respectos, citando menos, estará en el mismo pie que la de Panamá. Pero tiene una importante ventaja sobre la de Panamá y Nicaragua y todas las demás rutas: el tráfico local y los negocios de exportación e importación de Costa Rica misma. Las de Nicaragua y Panamá no cuentan en absoluto con tráfico local, mientras que en Costa Rica se estima, con fundamento, que el tráfico local producirá más que el interoceánico, y por sí solo dará al ferrocarril con qué pagar un dividendo de cinco por ciento sobre su costo.

Las estimaciones de costo y entradas, que vienen en seguida, se han calculado cuidadosamente. Las de costo han sido sometidas al juicio de firmas prominentes, que son contratistas en esta clase de obras, y han sido aprobadas por ellas. Las de entradas se basan sobre el tráfico local actualmente existente, y sobre la parte de tráfico interoceánico que probablemente tocará al nuevo ferrocarril. El costo y los gastos se han calculado liberalmente; mientras que, en cuanto al tráfico que se espera, se ha tenido en cuenta el aspecto menos favorable.
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